KATE MOSS LA LÍA DE NUEVO
Y es que según recogen la gran mayoría de los medios ingleses, la joven fue la protagonista indiscutible de la gala de entrega de los premios GQ. Y no porque recibiera una estatuilla, sino por sus ridículos bailes, sus malos modos y contestaciones agresivas e insultos fuera de lugar.
Para empezar, la modelo llegó tarde a la ceremonia, teniendo que acceder a la Royal House Opera por la puerta de atrás. De ahí, que, además, no haya fotografías de la actual pareja de Jamie Hince posando sobre la alfombra roja.
Todo iba más o menos bien, hasta que entregó a su íntima amiga Lily Allen las estatuilla de ‘Mujer del año’.Tras bajarse del escenario y a pesar de la buena amistad que las une, comenzó a bailar como una posesa alrededor de una columna con sensuales movimientos que le quitaron todo el protagonismo a la cantante británica. Por si esto fuera poco en uno de sus bailes, se le quedó enganchada una manga de la chaqueta, que estuvo arrastrando por el suelo sin importarle la mala imagen que pudiera estar ofreciendo.
Para terminar la diva de Topshop, abandonó la entrega de premios gritando: ‘Es un jodido estúpido. No vuelvo a una jodida ceremonia como esta’, algo que, para más inri fue recogido por las cámaras que en ese momento grababan una entrevista con Lily Allen.
El motivo fue una broma que le gastó el presentador del acto, James Nesbitt, quien tras abandonar Moss y su inseparable Allen el escario dijo a los invitados: ‘Kate Moss todavía lo tiene. Bueno, debería. Se lo he dado justo antes de entrar en el escenario’. La frase, que se refería a su supuesta adicción a las drogas, causó varias carcajadas entre el público, a lo que Nesbitt añadió: ‘¿Qué? Estoy hablando de mi número de teléfono?’.
Hecha una furia, Kate cogió a su novio Jamie y se dirigieron directos a la salida, donde tampoco dudó en interrumpir una entrevista con el rapero Lizzie Rascal, ganador del premio Artista del Año, porque no encontraba su barra de labios.
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