Los medios británicos informaron que McQueen no había podido superar la muerte de su madre, ocurrida a comienzos de mes y que tenía un historial de depresión. Sin embargo, sus obras en esta colección presentaban el otro lado de su personalidad: alegre y apegado a la vida.
Los asistentes aguantaron sus lágrimas mientras veían a las impávidas modelos exhibir ropa diseñada para criaturas místicas. Un abrigo dorado de plumas desplegadas sobre una suave falda blanca con pliegues; una larga bata roja adornada con miles de discos dorados que sonaban de un modo extraño a cada paso; mientras que una capa veneciana bordada evocaba el misterio de un mundo de capas y espadas.
Impresionante la última colección de McQueen. Siempre nos acordaremos de ti, maestro.
ResponderEliminar